Jamón de bellota ibérico de una calidad única, procedente de cerdos alimentados con bellotas, cuidados y criados bajo los más exigentes protocolos.
Gracias a su larga y lenta forma natural de curación en bodegas, el jamón va adquiriendo poco a poco la sal procedente del proceso de salazón y expulsando la humedad hasta llegar al punto perfecto de curación. Un proceso artesanal que dura entre 36 y 48 meses, más largo que uno de cebo, debido al ácido oleico presente en la grasa.
El resultado es un jamón de bellota ibérico sabroso, aromático, de un color rojo cereza intenso y entreverado con una grasa más suave y transparente, lo que le aporta una jugosidad y una untuosidad extra que permite que se funda en la boca.
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